Miriam y su esposo fallecen dejando huérfana a su hija Gisela que queda al amparo de su abuelo materno. Su esposa Miriam desea que la fortuna de los Zamora quede para sus hijos gemelos de su primer matrimonio, Juan Carlos y Rolando. Por esta razón le regala la niña a unos gitanos propietarios de un circo que estaban de paso por el pueblo. Veinte años después el circo regresa al pueblo. El Señor Zamora y su cuñada ven a Gisela y notan que tiene las mismas facciones de la difunta Miriam, llegando a la conclusión de que se trata de la niña perdida. Rolando al enterarse de que es la heredera, la enamora y se casa con ella para adueñarse de los bienes. En su viaje de bodas Gisela descubre que Rolando no la ama y que se casó con ella por interés. Gisela queda destrozada y regresa a su casa sin saber que Rolando fue asesinado y la creen a ella su asesina. Juan Carlos, gemelo de Rolando, creyendo que ella lo asesinó, toma la identidad de él para llevar a cabo su venganza.